LA PRESENCIA DE JUDITH MILLER
_Cristina Drummond

Desde la fundación de la EBP, Judith ha sido una presencia constante apoyándonos en el trabajo de las bibliotecas y de las publicaciones tanto en la orientación del CIEN como en el trabajo del CEREDA.

Su firme y acogedora orientación nos indicaba el camino del psicoanálisis en extensión y de su inserción en nuestra contemporaneidad.

Desde antes de la fundación de nuestra Escuela nos reuníamos como psicoanalistas dedicados al trabajo con niños y desde allí, el trabajo de cartel que dio origen al CEREDA se propagó con la mano firme de Judith Miller que supo hacer del psicoanálisis con niños una batalla por el psicoanálisis en nuestro mundo.

Así, ella nos orientó a ir más allá de la clínica de nuestros consultorios y de la clínica institucional con niños. Los Lefort nos enseñaron a pensar al niño como un analizante de pleno derecho, un sujeto responsable por su enunciación al tiempo que nos enseñaban la importancia de la experiencia clínica en la práctica institucional con niños. A partir de su enseñanza, pudimos dedicarnos al seminario IV y a las orientaciones de Lacan en la clínica con niños. Con ellos, empezamos a enfrentar lo real de la psicosis y del autismo en los niños.

Mas fue competencia de Judith hacernos comprender que la clínica con niños no concernía apenas al trabajo del psicoanálisis en intensión. A través de esta clínica, teníamos la posibilidad de llevar el psicoanálisis hacia una interlocución con otros discursos y luchar por su sobrevivencia en nuestro mundo. Tal como Eric Laurent dijo en una de sus conferencias pronunciadas en Brasil "con el apoyo de los niños podemos seguir nuestra orientación en el discurso".

Esa fue para mí la orientación que Judith Miller dio a nuestro trabajo, reuniendo a los que trabajábamos en instituciones que recibían niños autistas y psicóticos en la RI3, orientando los laboratorios multidisciplinarios del CIEN, insistiendo en nuestras redes francófonas y americana a través de lo que fue nominado Nueva Red Cereda.

Se trató de hacer del CEREDA una red en la cual podamos insertar nuestro trabajo clínico y nuestra lucha política por el psicoanálisis. Y en ese trabajo, las publicaciones que hoy se extienden a lo virtual se volvieron un importante medio de intercambio de experiencias y de interlocuciones entre nuestras Escuelas. Yo misma me encargué de traer publicaciones que Judith me entregó pensando que serían importantes para nuestro trabajo en el Brasil y para el intercambio con la red CEREDA en Francia. Tiempos pasados que gestaron la continuidad de nuestra red.

El CEREDA entre nosotros ha sido siempre un lugar de entrada de muchos jóvenes analistas y profesionales de otras áreas interesados en el trabajo con niños. Apostar con Judith a que el inconsciente habla por la boca de los niños y que al escucharlos tomamos una buena dirección en nuestra orientación lacaniana, aquella que Miller supo transmitir, es nuestra apuesta para dar continuidad al trabajo que ella tomó como causa.